¿Tienes los ojos rojos e irritados? ¿Tienes la sensación de tener arenilla en los ojos? Si es así, es probable que sufras de ojo seco. No te alarmes, es un problema muy común que presenta un cuarto de la población. Tiene solución e incluso tú mismo puedes tomar recaudos diarios para evitar las molestias que ocasiona.
Si bien esta enfermedad ocular es un problema crónico, es decir que no tiene “cura”, es una patología que puede mantenerse controlada. Si no se consulta con el médico y el paciente no produce un cambio de hábitos, el síndrome de ojo seco puede generar lesiones en la córnea y problemas de visión.
A continuación, te contamos las 8 claves que debes tener en cuenta y poner en práctica si quieres deshacerte de los molestos síntomas que produce el síndrome de ojo seco.
Ocho claves para prevenir el ojo seco
- Descansar de las pantallas: cuando pasamos mucho tiempo frente a una pantalla, ya sea del computador, la notebook, la tablet, el kindle, el celular o cualquier otro dispositivo tecnológico, tendemos a parpadear menos. Esto hace que la lubricación del ojo sea menor y provoque el ojo seco. Además, las pantallas cansan la vista y acentúan síntomas como ojos rojos y picazón.
- Parpadear con más frecuencia: como decíamos con anterioridad, el ojo necesita estar húmedo constantemente y, para que eso suceda, es necesario pestañear con frecuentemente. Si estamos concentrados, por ejemplo leyendo, reducimos la cantidad de veces que lo hacemos y el ojo comienza a sentir molestias. Sé consciente de este movimiento y procura parpadear más.
- Alimentarse mejor: consumir alimentos ricos en Omega 3 presente en el pescado, los frutos secos y algunas verduras, es de gran utilidad para fomentar la humectación de los globos oculares.
- Evitar el clima seco: las zonas con fuertes vientos y clima árido no favorece en lo más mínimo al ojo seco. Si no puede evitarlo, consulta con tu oftalmólogo para que te recete gotas o lágrimas artificiales para promover la humedad ocular.
- No utilices cualquier gota: evita automedicarte. Las gotas o colirios son un líquido oftalmológico que se administra de forma directa en el ojo para eliminar molestias o afecciones. Si bien las hay de venta libre, siempre es recomendable que sea el médico quien las recete, ya que él tendrá en cuenta cuáles son las más adecuadas para cada paciente y patología. Hay ciertas gotas que poseen vasoconstrictores y, de ser administradas de manera crónica, pueden generar efectos negativos y empeorar el cuadro de síndrome de ojo seco.
- Presta atención a tu ambiente habitual: si te encuentras expuesto a altas temperaturas y necesitas disponer de un ventilador o aire acondicionado, procura no te de directamente en la cara. Los ambientes calefaccionados también pueden producir resequedad. De manera que presta atención a no exponerte de manera directa e intenta mantener un cierto nivel de humedad en el ambiente. Esto se puede lograr con un humidificador o, si no lo tienes, un recipiente con agua bastará.
- Medidas de higiene ocular: es importante mantener la limpieza de párpados y pestañas . Utiliza un gel limpiador y compresas con agua tibia para higienizar la parte externa de tus ojos. De este modo conseguirás evitar que cualquier cuerpo extraño ingrese a la cavidad ocular.
- Higiene de lentes de contacto: si utilizas este tipo de lentes, debes nunca debes olvidar higienizar bien tus manos al colocarlos o retirarlos de tus ojos. También es importante que cambies con regularidad el líquido del estuche donde se guardan los lentes y de limpiar estos últimos antes de guardarlos.