¿Qué es el iris?
La función del iris es controlar mediante la pupila la cantidad de luz que entra, para así facilitar el enfoque de objetos por parte de la retina. Este proceso de control lo logra y mantiene por su capacidad de contraerse y expandirse; la pupila y los músculos alrededor del iris llamados músculos orbiculares se encogen cuando estamos en un medio o en un entorno con mucha luminosidad, moderando el paso de luz hacia la retina. En casos donde hay poca luz, la pupila tiende a dilatarse y por ende, los músculos orbiculares se relajan, dejando pasar más luz hacia la retina.
Además de esta función donde el iris modera el paso de luz, también es el encargado de proporcionarnos el color característico de nuestros ojos. Esto dependerá de dos factores principales, el grosor de las láminas de pigmentación en nuestros ojos y la concentración de melanina. Por ejemplo cuando tanto el grosor de las láminas como el nivel de melanina son mayores, se tendrá una tonalidad oscura de ojos, y por el contrario cuando dicho grosor y concentración son más pequeños, los ojos serán de color claro.
El iris juega una pieza fundamental en la visión, pues cuando hay una deficiencia de este llega a afectar gravemente la visión, por ejemplo, un mal funcionamiento puede provocar una afección en la retina y específicamente afectar el enfoque de objetos.
También puede suceder que la retina produzca imágenes dobles o fantasmas, esto debido a que algunas afecciones en el iris hacen que se produzcan orificios en este y permita que algunos rayos de luz impacten la retina.
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Trastornos comunes en el iris
Existen diversos problemas que se pueden presentar en el iris, a continuación expondremos los más comunes.
Albinismo ocular:
Es un trastorno de carácter hereditario o genético que provoca afecciones en la pigmentación (en este caso del iris), este se caracteriza porque el iris toma una tonalidad transparente o blanca, dado que la luz pasa sin ningún impedimento a la retina. Este trastorno puede ocasionar patologías secundarias como el estrabismo, la sensibilidad a la luz y en algunos casos pérdidas realmente importantes en la agudeza visual. También te puede interesar leer: Los problemas oculares de las personas albinas
Uveítis:
Se conoce como la inflamación de la úvea, compuesta por el iris, el cuerpo ciliar (estructura de forma circular de color rojo en el ojo) y los coroides (capa de vasos sanguíneos y tejido conectivo que se encuentra entre la capa blanca externa del ojo y la retina). Puede darse debido a una infección, donde además de presentar inflamación se pueden presentar síntomas o molestias como el enrojecimiento, el picor, el dolor en los ojos, la visión borrosa o la extrema sensibilidad a la luz. Siempre que llegues a presentar esta clase de síntomas por inofensivos que parezcan, debes acudir a la valoración de un médico especialista, en este caso un oftalmólogo.
Otros trastornos
Entre las patologías menos frecuentes, encontramos las siguientes condiciones.
Aniridia:
este consiste en una formación rudimentaria del iris, es un trastorno que se presenta desde el nacimiento y se entiende como la formación completa del iris durante el embarazo. Cuando se presenta este trastorno, suele disminuir la agudeza visual en un 20% del rango normal, y por otra parte, puede ocasionar condiciones secundarias como el glaucoma o las cataratas en la infancia.
Iridociclitis: se conoce como la inflamación del iris y el cuerpo ciliar (estructura de forma circular de color rojo en el ojo), suele ser un efecto colateral de otras afecciones presentadas, principalmente por infecciones de transmisión sexual como la gonorrea y la sífilis o algunas infecciones de las vías aéreas como la tuberculosis.
Neoplasias del iris:
Consiste en la proliferación de células con grandes concentraciones de melanina (conocidas como melanocitos) causando un aspecto parecido al de los lunares en la piel, se asocia con la presencia de trastornos como la neurofibromatosis y los melanomas malignos.
Síndrome de pseudoexfoliación:
Es un trastorno de carácter genético y hereditario donde se presentan depósitos de una sustancia blanquecina de aspecto fibroglandular (tejido compuesto en su mayoría por grasa.) Suele presentarse con mayor frecuencia en regiones como el norte de Europa.
Recomendaciones de prevención y cuidado
Para los cuidados del iris, se recomienda llevar una alimentación equilibrada y una vida sana, para beneficiar tanto la salud corporal como la visual. También es recomendable evitar pasar largas horas frente a pantallas en lo posible, y de igual manera, usar la protección necesaria a la hora de usar estas pantallas como pueden ser lentes formulados con antirreflejo. Es muy importante fomentar el uso de gafas de sol homologadas en espacios libres con riesgo de sobreexposición a los rayos solares.
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