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Los problemas de visión más frecuentes en niños

Los problemas de visión más frecuentes en niños / Cuidar los ojos

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), hay en el mundo 19 millones de niños menores de 15 años que sufren de alguna patología o discapacidad visual. La más frecuente es la miopía, que va en aumento, pero hay muchas otras enfermedades a las que debemos estar atentos.

La etapa escolar es decisiva para detectar si el niño padece una enfermedad ocular, ya que la mayoría -por no decir la totalidad- de las tareas incluyen el sentido de la vista. Si no detectamos el problema a tiempo, no solo puede agudizarse, sino que puede estar perjudicando el aprendizaje del niño.

A continuación, veremos cuáles son las enfermedades más frecuentes o los problemas de visión más frecuentes en niños, cuáles son sus causas y cómo podemos detectarlas.

Cinco enfermedades oculares frecuentes en niños

Si bien hay tantas particularidades físicas como cantidad de personas, hay problemas que suelen repetirse, debido a las características generales del cuerpo humano y al contexto en el que nos desarrollamos.

Las patologías que en la actualidad más afectan la salud visual de los niños son:

  • Miopía:

    Se manifiesta cuando el niño ve borrosos los objetos más lejanos a él. Podemos notarlo porque el paciente tiende a entrecerrar los ojos al esforzarse por enfocar la vista. Al ver su cuaderno de clase o tomar los lápices de su cartuchera, no tendrá problemas, pero si quiere ver el pizarrón, esto le costará trabajo. Esa será la primer alerta para hacer una consulta con un oftalmólogo.

    Además, el niño puede presentar signos de fatiga visual y dolores de cabeza. La miopía puede corregirse con un diagnóstico a tiempo y el uso correcto de gafas.

    También te puede interesar leer: ¿Qué es la miopía?

  • Estrabismo:

    Es una desviación ocular, donde uno o ambos ojos pueden orientarse hacia afuera, hacia adentro, hacia arriba o hacia abajo. Si uno solo de los ojos se encuentra crónicamente desviado, es probable que el niño también padezca de ojo vago o ambliopía.

    Existen tres soluciones posibles: si el estrabismo afectó únicamente a un ojo, puede corregirse manteniéndolo cubierto, obligándolo así a alinearse. Si el problema está en los dos ojos, el uso de lentes puede solucionarlo. Por último, en casos más graves, puede ser necesaria una cirugía.

  • Ojo vago o ambliopía:

    Se trata de la pérdida paulatina de visión de un ojo. En algunos casos, sucede como consecuencia de un estrabismo no diagnosticado. Es sumamente importante detectar esta patología durante la primera infancia, ya que de otro modo, el niño puede sufrir la pérdida total de la vista del ojo afectado.

    Si no se trata, los nervios que llevan la información del ojo al cerebro, dejan de funcionar correctamente, justamente por falta de uso, y el niño termina utilizando un solo ojo para ver.

    El tratamiento de este trastorno ocular se basa en el uso de gafas y en cubrir el ojo sano con un parche para obligarlo a mirar con el ojo sano.

  • Hipermetropía:

    contrariamente a la miopía, esta enfermedad produce que el paciente visualice de manera borrosa los objetos más cercanos a él. Podemos detectarla al notar que el niño sufre de recurrentes dolores de cabeza después de haber realizado tareas que impliquen focalizar en objetos cercanos, como un cuaderno o un juego de mesa.
    Este problema puede corregirse fácilmente con el tiempo mediante el uso de lentes.

  • Astigmatismo:

    se da cuando el paciente percibe una versión deformada de los objetos que ve. Se produce como consecuencia de una imperfección en la curvatura de la córnea y puede tratarse con gafas recetadas.

    Si el niño presenta alguna de estas molestias, debes consultar con un oftalmólogo. Un diagnóstico a tiempo puede salvar su salud ocular.