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Qué es el síndrome de ojo seco y cómo aliviarlo

síndrome del ojo seco

El síndrome de ojo seco es una enfermedad crónica, que se sufre como consecuencia de varios factores. Es uno de los motivos más frecuentes por los que los pacientes acuden al consultorio oftalmológico, dado que se trata de una patología que suele desarrollarse de manera progresiva y trae aparejada una serie de molestias oculares.
Al estar causado, principalmente, por una falta de humectación y lubricación de los globos oculares, estos pueden sufrir irritación e inflamación. Como consecuencia, pueden aparecer cicatrices en la parte frontal de los ojos.

Síntomas del síndrome de ojo seco

¿Cómo podemos detectar que nuestras molestias oculares se deben a esta patología? Es probable que padezcas de ojo seco si:

  • Te pican constantemente los ojos.
  • Tienes una sensación de quemazón.
  • Sientes dolor.
  • Sientes los párpados pesados.
  • Sientes los ojos resecos.
  • Tienes una visión borrosa.
  • Notas que tienes los ojos rojos.
  • Tienes sensibilidad a la luz.
  • Sientes cansancio visual.
  • Sientes que tienes algo dentro del ojo, como cuando te entra una basurilla.

Factores que provocan o aumentan los síntomas de síndrome de ojo seco

Si bien el factor clínico por el cual se produce el ojo seco se basa en la composición de la película lagrimal que recubre al ojo, hay ciertos aspectos externos que colaboran con este trastorno y que debemos tener en cuenta para no agudizarlo.

Los factores de riesgo que potencian el síndrome de ojo seco son:

  • El uso de lentes de contacto. Si bien constituyen una solución práctica y cómoda para reemplazar a las gafas, pueden causar molestias, porque implican un contacto directo con el globo ocular.
  • No solo aumenta la probabilidad de padecer de ojo seco, sino que también fomenta enfermedades visuales como degeneración macular y cataratas.
  • El uso excesivo y descuidado del computador. Al estar delante de una pantalla, ya sea un computador o cualquier dispositivo móvil, es recomendable prestar atención a parpadear con frecuencia para que los ojos se lubriquen correctamente y reducir el tiempo de uso.
  • Si bien puede aparecer a cualquier edad, el síndrome de ojo seco tiende a ser más común en personas mayores de 50 años.
  • Las mujeres que alcanzaron la menopausia son más propensas a padecer de ojo seco que los varones de la misma edad.
  • Factores ambientales internos. Sistemas de calefacción y refrigeración, como aires acondicionados y ventiladores reducen la humedad del ambiente, lo que impide la secreción lagrimal normal que el ojo necesita.
  • Factores ambientales externos. Ambientes con bajos niveles humedad, climas secos o áridos y con vientos fuertes, aumentan los riesgos de tener ojo seco.
  • Hay algunas medicinas que traen como efecto secundario la sequedad ocular. En ese caso, consulta de inmediato con tu médico de cabecera.

Cómo tratar el síndrome de ojo seco

Los síntomas se reducen notablemente con gotas o lágrimas artificiales, así como adoptando ciertos hábitos de conducta.
Las gotas son esenciales para producir, de manera artificial, la cantidad suficiente de película lagrimal que el ojo requiere para su correcto funcionamiento. El médico oftalmólogo te dirá cuál es el producto más adecuado para tí y con cuánta frecuencia debes aplicarlas.
En cuanto a los hábitos, es importante evitar los factores de riesgo que enumeramos con anterioridad, en especial si trabajas frente al computador muchas horas. Hacer pausas de unos minutos cada una hora, hará que tus ojos estén menos cansados.
Una práctica casera que puede colaborar (siempre es recomendable consultarlo con tu médico primero) es aplicar compresas calientes dos veces al día por diez minutos sobre los párpados cerrados.